Nuestra fundación nació a partir de una experiencia profundamente dolorosa: la pérdida de un ser querido, acompañada de un manejo médico que careció de sensibilidad y calidad humana. Esta vivencia nos marcó y definió nuestra misión desde el inicio: poner en el centro la empatía, el respeto y el trato digno. Por ello, hemos construido una red de apoyo con médicos, doctoras y especialistas comprometidos que, de forma generosa, han sumado su conocimiento y vocación de servicio para acompañar a quienes más lo necesitan. Nuestro voluntariado refleja este mismo espíritu: personas solidarias que brindan su tiempo, atención y amor a niños y niñas con leucemia y cáncer, especialmente en hospitales del IMSS y del Sector Salud. Además, hemos impartido cursos y talleres de capacitación emocional dirigidos a médicos, enfermeras y personal de salud tanto de hospitales públicos como privados, con el objetivo de fomentar un entorno más humano y compasivo en cada atención.